REFLEXIONES
EN TORNO A LA
VIABILIDAD DEL MODELO COGNITIVO CONDUCTUAL EN PSICOLOGIA
Después de la exposición general sobre el
modelo positivista que sustenta a la psicología del comportamiento y los
antecedentes de la biología evolucionista que se encuentran presentes en los
enfoques fundamentales de la propuesta psicológica de Jean Piaget, se proponen
algunos puntos de reflexión alrededor de esta “entidad epistemológica” a la que
hemos solido llamar “modelo cognitivo-conductual”.
El primer argumento se refiere a la presencia
de elementos relacionados con el estudio de la cognición no solamente en el
origen mismo de la psicología, sino en la esencia de la psicología
comportamental.
Como es del conocimiento de todo psicólogo, el
origen de nuestro saber como entidad científica
no cuenta con un primer punto claramente determinado, como son las cosas
en el campo del saber y de la ciencia, las disciplinas se van construyendo
incluso desde la misma cotidianidad, y van depurando sus procesos a medida que
diferentes investigadores, a veces bajo influencias comunes, pero en ocasiones
jalonados por el momento , lugar y cultura en los que están enmarcados aquellos
que se ven seducidos por profundizar mas en ese campo. Nuestro amigo y
compañero Dr. Fernando Cárdenas, actualmente profesor en la Universidad de Sao
Paulo, sostiene en su artículo Aproximación epistemológica al estudio de la
neuropsicología, el origen de la psicología lo identifican algunos con la
fundación del primer laboratorio de psicología en Lepzig por parte de Wilhem
Wundt en 1879, para otros con la publicación del libro La interpretación de los
sueños de Sigmund Freud en el año 1900, y para otros mas con los estudios de
Paul broca sobre las relaciones entre el sistema nervioso y el comportamiento en
1861.Por su parte Hall (1954) afirmó que fue Fechner quien fundó la ciencia de
la psicología con la publicación de su libro Elementos de Psicofísica.
Sin embargo lo que sí tenemos es una actitud
claramente identificada, que busca el conocimiento de dimensiones del ser
humano que hasta el momento no habían sido abordadas como un “corpus”, sino que
habían sido exploradas desde campos diversos , con diversos grados de rigor y
profundidad, sean estos la física, la fisiología, la teoría de la electricidad
(que se aunaría mas tarde a la física), las nacientes sociología y antropología
entre otros. Esta actitud denota un rigor que dé confiabilidad a los hallazgos,
que aporte certeza, y por lo tanto que de un tono dé cientificidad.
Podemos entonces establecer sin mucho
esfuerzo, que en los orígenes de la psicología estuvo acompañando a
prácticamente la totalidad de los investigadores una posición de realismo
hipotético, la cual denota que “la existencia del mundo exterior es un
hipótesis en parte cognoscible y explicable por medio de la percepción, por lo
tanto todo conocimiento práctico es hipotético”(Ursua, 1993). En este sentido,
y bajo el cuestionamiento sobre las condiciones de posibilidad del
conocimiento, los primeros psicólogos se lanzaron a la conquista de un ente
evanescente, que sin lugar a dudas se refería al hombre, a lo que hace, a lo
que piensa, a lo que siente, a cómo y por qué lo hace.
Como podemos ver, un objeto de estudio y un
método único en ese momento, e incluso en este, son apenas un remoto sueño de
posibilidad. Pero son un requerimiento epistemológico y por tanto el
identificar alguno que al menos parcialmente brinde la posibilidad de un saber
intersubjetivamente cierto, constituye un atractivo refugio que a mi parecer,
mas que aporte al conocimiento, aporta estatus y estabilidad.
No podemos entonces ser ajenos a la
propuesta originaria alrededor del
concepto de conciencia, entendida esta tanto como el saberse a sí mismo, como
en el sentido de la capacidad de conocer. Surge entonces en este momento una
primera afirmación: el factor cognitivo, está presente en la psicología desde
sus inicios como disciplina científica.
La escisión entre el modelo comportamental y
el factor cognitivo resultan tener sentido solamente para una minoría de los
interpretes de la historia de este saber.
Ya Iván Pavlov, alrededor de su crucial año de
1904, y a partir de los sorprendentes resultados que había encontrado al
efectuar análisis fisiológicos de una “bolsa estomacal” practicada primero a
una vaca y luego a un perro, acuñó un concepto que fue tema de discusión en su
riguroso laboratorio (en donde en una época se cobraba una pequeña multa a los
participantes que recurrieran a términos de tipo mentalísta y metafísico), este
concepto fue el de “comida ficticia”, ya que el estómago del sujeto segregaba
sustancias propias de la ingesta de ciertos alimentos que en realidad no habían
sido consumidos. De aquí que al establecer Pavlov el concepto de
condicionamiento, en el cual el reflejo, como entidad participante en el
fenómeno se hace presente, está incluyendo de manera deliberada un factor
cognitivo.
Frente a los problemas que en su contexto
pudieron presentarse, y principalmente bajo el propósito –por demás loable- de
hacer de la psicología una rama de la ciencia natural, J.B. Watson “al mismo
tiempo que criticó la psicología introspeccionista, conservó de ella una
característica muy importante: el enfoque analítico para la explicación de la
conducta, su reducción a unidades; en este sentido, para Watson, la unidad
fundamental de análisis fue el reflejo: la conducta se reducía en ultima
instancia a secreciones glandulares y movimientos musculares” (Rodríguez E.,
2000). Ante tal acusación, el mismo Watson reaccionó refiriéndose a que
contrariamente a los que piensan que el conductista es un psicólogo de
glándulas y músculos, “el conductista se interesa por los mecanismos de
integración y las actividades totales del individuo”. Sin lugar a dudas
encontramos aquí una muestra clara de presencia de lo cognitivo en el mas
profundo inicio del modelo comportamental.
Sin embargo el factor cognitivo ha hecho
presencia de una manera mas fluida e incluso cómoda en el campo de la práctica
psicológica de modelo mas riguroso, de tal manera que parece ser que problemas
y discusiones pendientes en relación con la coherencia de propuestas cognitivo
conductuales, se dan mas asociadas con la psicología básica. Sin embargo es
digno de mencionarse que para muchos reconocidos teóricos contemporáneos de
campos básicos de la psicología, el problema no es de central interés. Máxime
desde que en el año de 1968, dos grandes de la psicología: Richard Lazarus y
M.S. Mahoney se atreven a presentar ante la A.P .A. su ponencia “Cognitive proceses in
behavior modification”. Hans Eysenk
además se atrevió a afirmar que “la terapia de la conducta ha incluido siempre
a los elementos cognitivos como una parte importante de su teoría básica.
En este orden de ideas, podemos entonces
revisar cómo en el desarrollo de las diferentes tendencias que se han
presentado a partir de “la psicología desde el punto de vista de un
conductista”, la preocupación no es simplemente el de construir una disciplina
de orden analítico –descriptivo-, sino el de conseguir, desde el rigor de una
cientificidad, rigurosa por lo bien intencionada y bien intencionada por lo
rigurosa, explicación al fenómeno humano desde sus diversas perspectivas.
Desde el conductismo teórico o esencialista de
Hull, pasando por el conductismo intensionista de Tolman, podemos mencionar los
aportes a la teoría del aprendizaje social de Miler y Dollard y del aprendizaje
imitativo de Bandura, como muestras de que la psicología del comportamiento no
ha constituido solamente una técnica de combinaciones y recombinaciones de
estímulos medibles del ambiente que se relacionas con determinados y medibles
movimientos musculares o secreciones glandulares, sino un aporte al
conocimiento integral del ser humano en el cual el factor cognitivo se reconoce
y se aborda como parte esencial del objeto de estudio.
Sin embargo este factor cognitivo del que
venimos hablando, ha sido abordado desde otras vertientes, enriqueciendo el
hábeas de saber y aportando valiosos elementos de análisis y discusión, que es
donde considero que se plantea el sentido de un debate actual en relación con
la manera como la psicología está llamada a conjugar en su dominio lo
conductual con lo cognitivo.
Sin lugar a dudas, uno de los grandes
precursores y antecesores de la psicología cognitiva ha sido Jean Piaget, para
quien el conocimiento resulta de la interacción entre las estructuras internas
del sujeto y las características preexistentes en el objeto, y es este
conocimiento posiblemente el factor mas característico y determinante del ser
humano, y el que se constituye en interesante y desafiante objeto de estudio
para un científico con formación en el campo de la biología como Piaget.
Vale la pena mencionar, aunque de manera un
tanto soslayada, que la propuesta piagetiana tiene un incalculable valor como
investigación biológica, que horada las fronteras de otros saberes persiguiendo
tozudamente un objetivo, e incursiona en el campo de la psicología e incluso en
el de la misma epistemología, haciendo trascendentales aportes y generando en
grán medida cambios estructurales en estas y otras disciplinas. Pues resulta
digno mencionar que tal tipo de biología no aparece por generación espontánea,
y que encontramos en Carlos Roberto Darwin, a uno de los mas importantes
transformadores de los métodos clásicos de la investigación en lo que se denominaba
la historia natural, y por lo tanto en el iniciador de una nueva forma de
entender la ciencia de la vida de tal manera que no solo se limite a efectuar
grandes y complejas clasificaciones, sino que se aventura a conjeturar
explicaciones sobre los procesos de la vida, acompañadas de rigurosos y
complejos recursos lógicos que van a constituir un discurso revolucionario. En
este mismo orden, un punto importante de encuentro entre lo biológico y lo
psicológico, lo ubicamos en la etología. Konrad Lorenz, como uno de sus mas
renombrados representantes se atrevió a afirmar: “la vida misma es un proceso
cognitivo”.
Pero además de la propuesta piagetiana y post
piagetiana, biológica y etológica, resulta digno mencionar como participantes
de la presente discusión, los denominados científicos cognitivos.
La ciencia cognitiva parece tener un curioso
origen, en el año de 1956, en un evento denominado la Conferencia Darmouth ,
se creó el concepto de “inteligencia artificial”, el cual se ha venido
convirtiendo en obsesivo objeto de estudio de diferentes especialistas, sobre
todo por el atractivo aspecto de pretender imitar una función exclusivamente
humana, y tan compleja que los mismos humanos no alcanzamos a abarcar.
A esta elaboración de concepto se suma otra
curiosidad, George Miller, un apasionado por el estudio de las matemáticas e
inquieto investigador de eso que venimos llamando “factor cognitivo”, escribió
ese mismo año de 1956 un artículo titulado “el mágico número siete... mas o
menos dos), en el cual reporta una serie de hallazgos, no solo curiosos sino
inquietantes en relación con la memoria mediata e inmediata, la agrupación con
sentido y una serie de aparentemente coincidentes fenómenos del memorizar y del
aprender, que al ser abordados desde una perspectiva al mismo tiempo crítica y
abierta, permiten vislumbrar los elementos básicos de un funcionamiento de la
cognición humana que al sol de hoy han conducido a prodigiosos y sorprendentes
avances en el campo de los sistemas informáticos y la computación.
Se suma a esta variedad de curiosidades la
denominada lingüística generativa, una muchas veces ignorada rama de la
lingüística que explora el origen de la manera misma como nos comunicamos e
identifica raíces profundas de la formación del lenguaje y de la lógica del
lenguaje, que constituye en si misma un puente entre los estudios del
pensamiento, la lógica y la lingüística general, tocando de paso y a veces en
puntos muy neurálgicos el campo de la psicología.
Las ciencias cognitivas se definen como el
estudio de los principios que rigen la interacción entre los seres inteligentes
y sus respectivos ambientes.
H.B.O.V. Marzo 2002
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